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Maestro corazón de la educación

Tanmi Tnam

El día 28 de agosto de este año 2025 la Universidad Regional de Guatemala, organizó el acto de presentación de la obra “Senderos de la Educación” del Doctor Olmedo España Calderón, filósofo, educador y escritor guatemalteco radicado en Costa Rica.  En esta obra, el autor inspirado en los aportes de otros pensadores y en la realidad del país señala el rumbo que debería tomar la educación, sus disciplinas, la formación del docente y la agenda para el Siglo 21. Uno de los temas que le preocupan al Doctor España es el “maestro corazón de la educación”. En principio es de reafirmar que el docente es uno de los protagonistas que debe guiar y facilitar con delicadeza el proceso enseñanza y aprendizaje que tome en cuenta la integralidad de la persona. Corazón de la educación y educación desde y para el corazón porque hay afirmaciones del conocimiento escolar que humillan al estudiantado, lastiman el corazón y provocan llanto.

El maestro debe identificar y comprender la cotidianidad de la vida donde todo ocurre al mismo tiempo, sin apartados, con reacciones para lo incierto, atención para la mente, ejercicios para el espíritu y las actividades y la alimentación que necesita el cuerpo. En el ámbito familiar, los hechos no aparecen por disciplinas, además, entran a actuar otros elementos del cuerpo como el caso del corazón, las expresiones y hechos que se le asocian. La obra del Doctor España reconoce a los “grandes maestros espirituales de la humanidad” quienes han hecho aportes a la educación de nuestro tiempo en “donde fluye la incertidumbre y la ausencia de afectividad”.

Una de las respuestas para el fomento de la afectividad es tomar en cuenta el corazón para contenidos, procedimientos y actitudes que tienen que ver con el aprecio al otro. Afirma el Doctor España que son los docentes “que en medio de múltiples dificultades hacen hasta lo imposible para atender con afecto, creatividad, competencias e inteligencia a sus alumnos”· El aprecio y la afectividad se pueden fortalecer con el trabajo docente que reconoce ser el “corazón de la educación” en el entendido que debe abrir su pensamiento, sus conocimientos, sus procedimientos y sus actitudes para el uso del corazón humano vinculado al reconocimiento que facilita en el estudiante el desarrollo de la inteligencia emocional que permite reconocer, respetar y valorar sus respectivas capacidades, su salud mental y sus relaciones con las personas en completa armonía.

Tomar en cuenta el corazón en la docencia debería apoyar la construcción de comunidades y pueblos en valores como la justicia, el trabajo colaborativo, la solidaridad y un lenguaje que estimula actuar con respeto y aprecio a la presencia de todos. Al ser el docente “corazón de la educación” debe cuestionar la primacía del uso solamente de la razón para identificar y comprender la vida ya que estamos viviendo los efectos del racionalismo que cada vez aleja del ser humano y de los elementos naturales del contexto. Con la mente y el corazón es posible el equilibrio que necesitamos para consolidar la autoestima, estabilidad emocional, ambiente de paz y una buena dosis de afecto que haga sentir realizados a todos.

Razón tiene el Doctor España al argumentar el tema “el maestro corazón de la educación” porque mucho depende de la actividad docente, de los conocimientos que se comparten bajo la objetividad que deja fuera otros componentes del ser humano pero esenciales para la vida. Reafirmamos que es necesario educar con el corazón para construir sociedades sobre la formación de ciudadanos que pueden convivir juntos en armonía.

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