Bitácora de futuro: La invitación social macabra

Por un momento la máscara con que pretendía cubrirse el doctor corazón y su chofer, quedó pasmada, porque de súbito en el tiempo se captó la mueca de solemne agonía. Era un semblante regocijante con el rocío del viaje y la imperturbabilidad habitual, sin mostrar la más mínima perturbación en sus tonos de voces. 

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Dos relatos: Tu mirada dibujada

El vecino Filiberto esa noche sonó y despertó gritando, te amo, te amo y, era tan fuerte el grito, que el mismo logró sacarse de su sueño profundo y mágico y una vez despierto pensó: Si alguien, escuchó mis gritos de seguro estará pensando estoy loco, pero que importa lo que piensen de notable imaginación.

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