El asesinato del Coronel Arana, el gobierno de Árbenz y sus secuelas (Quinta Parte)
La Otra Cara
La carta pública del partido Comunista guatemalteco resalto dentro una de las partes torales de la misma: “Profesamos la ideología marxista y seguimos la política que creó la clase obrera con Marx, Lenin y Stalin” ciñéndose de esa manera clara y concisa, a los lineamientos y consignas internacionales orientados desde Moscú; y aclara que será parte de las nuevas orientaciones y lineamientos partidarios… Fortalecer la organización y educación del marxismo leninismo de aquellos que representan los intereses de la clase obrera, que le son más leales, que están seguros de su triunfo para alcanzar la supresión de las clases sociales, que con mayor desinterés, abnegación y estudio, se entregan a la lucha. Fueron expresiones de su discurso…
Antes del primer mes de su fundación, el Partido Comunista de Guatemala inicia la distribución de su “Semanario Octubre”, el cuál a manera de slogan enuncia: “Por un gran Partido Comunista, vanguardia de los trabajadores, de los campesinos y del Pueblo” … adornando con orgullo el logotipo internacional de los comunistas orientados desde Moscú… la Hoz y el Martillo, en su página de presentación. Como se puede apreciar, sin la presencia del coronel Arana y derrotados los militares que le apoyaban, el camino de los comunistas para la toma del poder estaba allanado. Meses después de la fundación del PC surgió el brazo político de los obreros y artesanos comunistas dirigido por marxistas destacados de la época, Víctor Manuel Gutiérrez, y Antonio Ovando Sánchez quien había viajado como delegado de nuestro país al Congreso Mundial de la Internacional Sindical Roja realizado en la Unión Soviética en el año 1930; y era representante además ante las organizaciones marxistas Liga Antiimperialista de las Américas y Socorro Rojo Internacional.
Estos dos cabecillas marxistas en aras del fortalecimiento comunista en nuestro país concretan la fundación del segundo partido comunista en junio de 1950, “El Partido Revolucionario Obrero de Guatemala” PROG, definiéndose desde su nacimiento a luz pública como una formación obrera marxista leninista y como parte del fortalecimiento de las organizaciones de masas, en octubre de 1951 fundan la Confederación General de los Trabajadores de Guatemala CGTG, con la finalidad de reunir en su seno a todos los grupos sindicales vigentes. Estos grupos y sus dirigentes eligen a Víctor Manuel Gutiérrez como su máximo líder. El PROG luego de año y medio de actividad recibió la orientación (orden) del Partido Comunista de la Unión Soviética PCUS, de fortalecer la actividad de los comunistas guatemaltecos fusionando al PROG con el PC de Fortuny Zea. Dicha fusión se concreta luego de retornar Gutiérrez de un viaje que efectuó ese año a Berlín y a Moscú y por lo tanto deciden la disolución del PROG, que se incorpora de lleno al Partido Comunista de Guatemala en el mes de enero de 1952.
A finales de ese año culmina toda esta serie de acciones y movimientos tendientes a reunir a todas las organizaciones comunistas en un solo bloque, y conforme a la estrategia delineada por los soviéticos, se realiza el Segundo Congreso del Partido Comunista de Guatemala, al culminar los representantes de los comités de base y de las diferentes estructuras que lo componen, reeligen a Fortuny Zea como Secretario General e incorporan a Víctor Manuel Gutiérrez a su Comité Central, decidiendo por unanimidad el cambio del nombre del Partido Comunista de Guatemala, por el de “Partido Guatemalteco del Trabajo” PGT, como se le conocerá en adelante.
El hecho de que Manuel Fortuny escribiera los discursos del Presidente Árbenz denota sin lugar a dudas el grado de dependencia y el ascendiente que este destacado cuadro marxista ejercía sobre él y sus decisiones. El pequeño Gabinete (no oficial) de marxistas que rodeaban a Árbenz jamás hubiera estado tan cerca de él sin su consentimiento. Árbenz no fue ningún tonto o ingenuo, como se puede comprobar a través de su trayectoria desde cadete, por lo tanto, estaba consciente de lo que estaba haciendo y para 1952 podemos fácilmente deducir que podría haber sido considerado ya como comunista convencido aunque no estaba afiliado al PGT aún, puesto que lo hizo en 1957 cuando se encontraba refugiado en Cuba.
Su Gobierno dispuesto a crear una economía con relativa autonomía de los Estados Unidos y su bloque económico capitalista y crear la infraestructura necesaria para garantizar dicha independencia, ya se había inclinado por orientar a nuestro país hacia la órbita del bloque soviético sin analizar en forma por demás irresponsable, que en el contexto de la guerra fría Estados Unidos no iba a permitir por sus intereses geopolíticos una plataforma marxista en su histórico traspatio como lo demostraron sus acciones posteriores en Guatemala y Cuba durante la Crisis de los Misiles en 1962.
Si bien se entiende que la creación de infraestructura constituía una necesidad estratégica para competir con el monopolio de la empresa frutera y la existencia de muchos problemas en relación con la tenencia y propiedad de la tierra en un país netamente rural en aquel entonces netamente agro exportador, también es cierto que el principal impulsador de ambas políticas públicas y de gobierno era el Partido Comunista como tal por lo que se puede deducir el porqué de sus intereses. Es entonces válido acotar que si bien el problema agrario (como actualmente en nuestro país) debía de recibir un tratamiento adecuado y serio, de nada serviría repartirla entre campesinos pobres quienes nada podrían hacer con ella mejor que sus anteriores dueños ya que estarían en peores condiciones para trabajarla por falta del capital necesario o de conocimientos adecuados.
Es por ello que justamente se ha dicho que la idea de igual distribución de la tierra es una perniciosa ilusión ya que su puesta en práctica hundiría a la humanidad en la miseria y el hambre, pudiendo destruir a la civilización misma. Para Árbenz como él lo expresara públicamente en muchas oportunidades, la Reforma Agraria constituía el punto crucial de su gobierno. Era de si para los comunistas la acción política que resultaba esencial para garantizar el planificado cambio estructural en Guatemala. Según Carlos Manuel Pellecer, Árbenz confió al núcleo de comunistas que participaba con él en la toma de decisiones de Gobierno la elaboración del proyecto de ley para la Reforma Agraria.
Este grupo quedo integrado por Víctor Manuel Gutiérrez, Secretario General de la Central General de los Trabajadores de Guatemala CGTG; Leonardo Castillo Flores, Secretario General de la Coordinadora Nacional Campesina de Guatemala CNCG; José Manuel Fortuny Zea, Secretario General del Partido Comunista, Alfredo Guerra Borges, Mario Silva Jonama y el diputado Carlos Manuel Pellecer. Las reuniones de este grupo en el cuál participo en algunas ocasiones Árbenz (pues era muy aficionado al alcohol y se excusaba en muchas oportunidades) se realizaban casi en secreto en la Casa Presidencial pues por instrucción de Árbenz el tema no podía trascender pues los partidos políticos y la Asociación de Agricultores AGA, se podrían poner de acuerdo para impugnarla y desatar en la capital en donde era fuerte la oposición, acciones de protesta que desestabilizaran al régimen.
Como se puede apreciar en aquellos aciagos días de conspiración y conjura los comunistas trabajaron intensamente en apoyo la pieza clave de su proyecto ideológico convertido por sus manipuleos en el proyecto mimado del Presidente; coordinando todos sus esfuerzos y cabildeos para proveer los estudios técnicos, el apoyo de las masas, (rurales y urbanas), más el entusiasmo que este proyecto requería sabedores de que no habría otra oportunidad. A pesar de lo cual en la actualidad con encubiertas iniciativas de ley como la casi olvidada 4084, los titiriteros neo marxistas de los semilleros y sus aliados persisten en sus intenciones orientadas por intereses electorales e ideológicos.
Los líderes del 20 de Octubre que no se habían identificado con los marxistas veían con preocupación creciente el giro radical que se había dado y la creciente polarización (cualquier parecido con nuestra situación actual, es “pura casualidad”). Ellos pronosticaban el caos económico y aún peor que se desatarían fuerzas que nadie podría controlar por la creciente manipulación por parte de los comunistas de las masas rurales sobre todo las indígenas. Pero sobre todo existía conciencia de todos los sectores de que la Reforma Agraria sería utilizada políticamente por los comunistas para quemar etapas y radicalizar e ideologizar las necesidades de los campesinos, y para cambiar completamente las estructuras de poder en Guatemala.
La Asociación General de Agricultores AGA, denuncio la intención oculta de la Ley afirmando que Guatemala estaba entrando en los más dramáticos y decisivos días de su historia. Esta lección le serviría años después a los marxistas chapines quienes habiendo leído los postulados de Antonio Gramsci (ideólogo del Partido Comunista Italiano de los años 30s del Siglo XX) según podemos observar las acciones oenegeras inmersas dentro del actual proceso de Guerra Cultural posterior al Enfrentamiento Armado Interno, que la lección fue muy bien aprendida.
Luego de varios meses de labor, el 10 de mayo de 1952 el proyecto estuvo listo y fue presentado al Congreso de la República donde bajo intensa presión presidencial y violentas acciones de masas realizadas en la capital por la Confederaciones Campesinas y de Trabajadores dominadas por los comunistas, rápidamente fue aprobada debido a la mayoría parlamentaria con que contaban los comunistas y sus acólitos. Por ello el 17 de junio de 1952 el mismo día de su aprobación por el Congreso, Árbenz firmo el Acuerdo gubernativo necesario para convertirla en Ley de la República, conociéndose en adelante como: Decreto 900, LEY DE REFORMA AGRARIA….
Continuará…

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