
El Desarrollo Rural
Tanmi Tnam
Estados, gobiernos y organizaciones acostumbran hablar de desarrollo como aquel estado aceptable de las condiciones en que viven las personas en los componentes económicos, sociales y educativos. En nuestro país, según los documentos históricos, la creación del municipio data desde la época colonial como parte de los mecanismos de control que venía con los españoles con sus funciones administrativas y de gobierno. En este sentido, ya había municipalidad al momento de la llamada independencia de 1821. A partir de este acontecimiento ya se emitieron leyes específicas que hablan de las municipalidades del país, por ejemplo, la elección de los alcaldes y el tema del presupuesto. ¿Cuál es el impacto en el desarrollo rural?
A más de 200 años de la primera Constitución de Guatemala, continúan los grandes problemas económicos, sociales, culturales y medioambientales que complican las condiciones de vida de la población rural. Muchos años han pasado y el impacto del quehacer del Estado, de las municipalidades y otros actores todavía no asoma para el mejoramiento de vida de mujeres, hombres, niñas, niños y particularmente quienes pertenecen a pueblos indígenas. Es puntual la observación y la crítica de que el Estado está ausente en muchas comunidades locales y solicitan su presencia a través de servicios públicos concretos.
En la mayoría de aldeas, caseríos y cantones, está la escuela primaria, algunas aldeas con institutos por cooperativa, algún instituto básico o diversificado oficial en la cabecera del municipio. La educación escolar dedica algunas líneas al desarrollo que desconoce la vida de los pueblos indígenas y la del medio ambiente. El caso de salud, es posible encontrar un centro de atención permanente en la cabecera municipal y algún centro de salud o unidad mínima de salud en alguna aldea de importancia. Este servicio desconoce las prácticas en salud de las comunidades rurales, especialmente las de los pueblos originarios. Según pasan los años y los gobiernos, a veces se anuncian acciones como entrega de abono químico a determinado número de agricultores, algún bono para madres de familia o algún apoyo para algunos de la tercera edad. Estos apoyos tienen el espíritu asistencialista, destinados la mayoría de veces a seguidores del partido político en el poder. El asistencialismo no es la respuesta adecuada para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población que vive en las áreas rurales.
Hay espacios de participación en las comunidades rurales inducidas y establecidas por ley, sin embargo, esta participación no logra generar el desarrollo que necesita la población rural. Estos espacios promocionan, demandan y aplican el desarrollo centrado en infraestructura que no agrega a la producción de alimentos, ni a la conservación de los elementos de la naturaleza, tampoco apoya la conservación y continuidad de la cultura de los pueblos originarios. Estos espacios de participación facilitan el desplazamiento de organizaciones propias de las comunidades y en muchos casos son focos de corrupción en las comunidades locales.
Al revisar el contenido, el procedimiento y el pensamiento de las políticas públicas, es necesario revisar por qué no han tenido el efecto o el impacto en el bienestar integral de la población, en la conservación del ambiente y en la eliminación de la desigualdad. La Organización de las Naciones Unidas ha declarado que el 6 de julio de cada año sea el Día Mundial del Desarrollo Rural para reconocer los problemas y buscar las respuestas que necesita el desarrollo de la población que vive en el área rural.

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