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La resignificación del docente

Reflexiones

“Lo que es el maestro, es más importante que lo que enseña”.
Karl A. Menninger

No solo en Guatemala sino en todo el mundo se está observando desde hace algunos lustros un deterioro de la figura del docente. Ese detrimento obedece entre otras causas a la desvalorización de la profesión por razones de salario, a la insuficiente formación académica, a las acciones sindicales que pudiendo ser legitimas no han tenido el respaldo legal provocando un grave daño al proceso de aprendizaje de los estudiantes, al incumplimiento de jornadas y horarios y a la inasistencia a las labores.

El docente modelo que existe en el imaginario social, es el docente con liderazgo pedagógico en el aula y la escuela, promotor de cambios sociales en las comunidades educativas, inspirador de generaciones de estudiantes que anhelan un futuro de desarrollo humano equitativo y justo en un ambiente democrático, en pocas palabras un transformador de realidades.

En toda sociedad es natural aspirar a tener un docente que este asociado a la excelencia académica y a la calidad humana, un docente al que se le delegue la formación de lo más preciado que tiene la familia: los hijos. Ese personaje ejemplar que concita el perfeccionamiento cognitivo, afectivo-emocional y kinestésico de la niñez y la juventud.

Lamentablemente ha existido un deterioro de esa figura icónica que ha significado ser docente. Este escrito se convierte en un llamado a la reflexión para todos los actores que interactuamos de una u otra forma en el sistema educativo nacional, para pensar cómo resignificar la figura y función del docente y devolverle el lugar que otrora ocupara en la sociedad guatemalteca.

En este contexto resignificar el liderazgo y la práctica docente implica darle un nuevo significado o sentido a la labor del maestro, transformando sus concepciones y acciones para adaptarlas a las necesidades actuales del contexto educativo nacional y global, respondiendo así a las demandas de este siglo. Esto implica cuestionar las prácticas tradicionales, meditar sobre ellas, e implementar cambios que promuevan un aprendizaje más significativo y efectivo. 

Recordemos que la calidad educativa se refiere a la formación integral del individuo en los aspectos cognitivos, afectivos y psicomotrices en el contexto de aprender a aprender, aprender a ser, aprender a convivir y aprender a hacer, en un proceso dialógico de enseñar, aprender y evaluar de manera presencial, híbrida y virtual, en un marco democrático intercultural, de libertad, solidaridad y justicia en todos los niveles, modalidades y sectores y todo ello requiere de un nuevo paradigma docente.

Resignificar invita al maestro a darle un sentido más significativo a su práctica pedagógica, frente al accionar diario del trabajo de aula, en este sentido la resignificación es la mediación para darle un alto sentido a la experiencia pedagógica que se le ofrece a los estudiantes. 

Es una respuesta epistémica permanente del profesional de la educación frente a su desempeño docente a través de la investigación (aprender a aprender), del conocimiento de la neuroeducación y la praxis de la asertividad en procura de transformar y cambiar el proceso educativo, haciéndolo más humano, más didáctico, más tecnológico, más científico. 

Resignificar al docente involucra transformar la concepción tradicional del profesor, pasando de un mero transmisor de conocimientos a un facilitador del aprendizaje, a un mediador cultural y agente de cambio social. Se trata de revalorizar su rol en un contexto educativo en constante evolución, donde la innovación, la colaboración y el desarrollo de competencias socioemocionales son fundamentales.

El proceso de resignificación implica replantear las ideas tradicionales de enseñanza, donde el docente deja de ser el centro del proceso para convertirse en un guía que acompaña a los estudiantes en su propio camino de descubrimiento.

Resignificarse es adaptarse a las nuevas tecnologías, desarrollar competencias blandas y promover un enfoque más inclusivo a nivel curricular. La resignificación del docente se convierte en un espacio de reflexión constante, donde el docente autoevalúa y coevalúa su labor y busca nuevas estrategias para el mejoramiento continuo del proceso de aprendizaje, esto implicaría, aplicar la estrategia de círculos de calidad en cada centro educativo.

El docente debe crear experiencias de aprendizaje que sean relevantes y motivadoras para los estudiantes, conectando los contenidos con su realidad.
Buscar nuevas metodologías y estrategias de enseñanza que permitan a los estudiantes aprender de forma más activa y participativa.

En conclusión, podemos decir que, resignificar al docente representa una transformación profunda de su rol, para ese efecto las acciones deberán pasar por un proceso innovador de formación inicial y de servicio (incremento de su acervo cultural y pedagógico), la capacitación tecnológica, formación de competencias duras y blandas que garanticen su efectividad como sujeto de cambio.

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