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De Tin Marín, de Do Pingüe…

Barataria

“De Tin Marín, de Do Pingüe, Cucara Macara títere fue; yo no fui, fue Tete, pégale, pégale a quien fue…”  La popular canción infantil cuenta con versiones en inglés, francés, alemán y otros idiomas.  No sé sabe a ciencia cierta cuál es la versión original, sin embargo la trama de la misma radica en que, acusados dos individuos (Tin Marín y Do Pingüe), resulta que utilizaron a una tercera para cometer la fechoría (Cucara Macara) a la usanza de ser un títere pero que, una vez acusada, señala directamente a una persona (Tete), quien ni lerda ni perezosa señala que deben buscar a otro más con la sentencia “pégale, pégale a quien fue”, deslindando responsabilidades hacia alguien más, sin nombre pendiente de averiguar a quien se señala que fue quien cometió el hecho.  Así a quien se considera responsables originalmente, no parecen asumir tal responsabilidad, señalando a alguien más quien también a su vez señaló a alguien más y luego al llegar al ultimo de los señalados, dirigen su atención a alguien más esta vez indeterminado y sin nombre.

Esta canción la he citado, para ilustrar el nivel de gobernabilidad que tiene Guatemala hoy día. El señor Arévalo, tomó posesión el 14 de Enero de 2024 en medio de una intensa judicialización del proceso electoral que puso en duda su asunción como presidente del país. Tras ya, seis meses de mandato, es decir, transcurrida la octava parte de su mandato, el señor Arévalo ha cometido más desaciertos que aciertos en su gobierno. Es una pena, la elección del señor Bernardo Arévalo, con un partido político que no parecía como favorito en la elección presidencial y cuyo apoyo popular luego del nefasto, corrupto y ladrón gobierno del señor Giammattei, haya desperdiciado la oportunidad de establecer un gobierno de transición con el apoyo popular que tenía y de plantar la posibilidad de encarar una lucha frontal contra la corrupción.  Sin embargo, nada de esto sucedió y, en las redes sociales puede cualquier persona darse cuenta que aquellos, que otrora defendían al señor Arévalo y su equipo de trabajo poco a poco se han ido deslindando, separando y marcando un “hasta aquí” con quien se pensó que era un gobierno honesto e incorrupto.  Así ya vimos que aquellos 48 Cantones y otros grupos que se fincaron frente al Ministerio Público y que cerraron el país causando graves daños a la población que tuvo serios problemas para desplazarse a sus trabajos ya no le apoyan desde el principio cuando criticaron la conformación de su gabinete.  Otras connotadas personas que le defendían a capa y espada en las redes han dejado de apoyarlo y lo que han hecho es pasarse a la oposición, es decir ya empezaron a criticar sus hechos.  De los únicos que vemos una defensa oficiosa en las redes sociales son de todos aquellos que le apoyaron en las redes sociales cuando no había tomado posesión y que ahora tienen cargos en el gobierno, contratos en el Estado o “algún hueso” y, claro está, continúan defendiendo al señor Arévalo a capa y espada, a veces hasta contradiciendo hechos claro y muchas otras tergiversando la ley para su defensa.

Cualquier funcionario público que se precie de ser honorable, incorrupto y además de ello ofrezca una lucha frontal contra la corrupción, siempre va a estar en el ojo público y al acecho de sus rivales para ver si comete errores y bajo el escrutinio de la población para ver si en verdad es cierto que va a combatir la corrupción.  Desde la toma de posesión hasta el día de hoy, el señor Arévalo y sus funcionarios han estado bajo escrutinio del ojo publico y el acecho de las redes sociales.  Esto no es el problema, el verdadero problema son los desmanes que ha hecho en tan poco tiempo y que le esta costando la pérdida de popularidad y la consecuente pérdida de legitimidad ganada en las urnas.

Resulta totalmente tontas las excusas del gobernante y sus funcionarios para no realizar un buen gobierno anticorrupción, sus excusas son las mismas de la canción “Yo no fui, fue Tete”, ya que vuelven a excusarse con que los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei.  Cuando se ocupa cualquier cargo en donde hay antecesores, sea en la administración pública o en la empresa privada, lo primero que hace cualquier funcionario de alta o mediana categoría es determinar el Estado del Depacho.  Es decir, cómo esta recibiendo el despacho, luego de ello tiene que marcar la diferencia entre su antecesor y su propia gestión.  No hablamos de equipos de trabajo ya que para esto el señor Arévalo tuvo suficiente tiempo de armarlos.  Hablamos de la diferencia de la gestión ya que no se puede cambiar todo en uno periodo.

En el caso del señor Arévalo, sus hechos gritan tanto que no dejan oír sus palabras, cada acto de su gobierno parece encaminado a asimilarse a sus antecesores y las denuncias de la corrupción de sus propios funcionarios están a la orden del día.  Si queremos hacer un resumen de los desaciertos más relevantes de sus seis meses de gobierno resulta sencillo: Nombramiento de ministros cuestionados, despido de la Ministra de Comunicaciones que había denunciado una serie de contratos inconclusos pero pagados casi totalmente y que se negó a violar la ley para seguir una preferencia de pagos que no se encuentra reglada, promover una Junta Directiva del Congreso contrariando a la ley, apoyar al Alcalde de Santa Catarina Pinula para que presidiera la ANAM y que luego este le traicionaría planteando una acción para detener la entrada en vigencia de un reglamento de desechos que su propia ministra de Ambiente había pedido que entrara en vigencia, negociaciones turbias con bancadas del congreso, promover sin éxito la salida de la Fiscal General que dicho sea de paso, lo ha dejado vestido y alborotado, hacer gastos innecesarios en la casa presidencial a través de la SAAS que el mismo dijo que cerraría en las que destacan comida cara, lámparas caras, masajes, sistemas de calefacción, ropa de cama cara en fin muchos gastos.  Al final, la guinda del pastel es por ultimo promover una ampliación presupuestaria cuando su gobierno aparentemente es austero y luego por ultimo pretender, aunque no lo ha declarado establecer un Estado de Calamidad Preventivo.

Con todo lo anterior, el Estado de las Carreteras en el país que son un caos sin mantenimiento preventivo, pero su excusa fundamental es lo que los dos gobiernos anteriores no han hecho nada.  La pregunta es ¿En seis meses de Gobierno qué mantenimiento preventivo se le dio a estas carreteras?  De los actos de gobierno actual que rayan en la corrupción como nombramientos anómalos, gastos superfluos, uso de recursos y bienes públicos sin contrato y viajes y mas viajes de funcionarios sin sentido (Solo el comisionado contra la corrupción ha realizado mas de diez viajes fuera del país, cuando la corrupción esta dentro del país) el señor Arévalo guarda silencio.

Sin embargo, sigue al pie de la letra los hechos corruptos de sus antecesores incluyendo el ofrecimiento de “repartir el dinero público” sin control mediante un apoyo a las personas sin que se establezca su necesidad y un subsidio general a la electricidad que se otorga sin control, además de ello ha ofrecido el pago de dinero a los combatientes militares azuzándoles de que necesita una ampliación presupuestaria.  Y, como guinda al pastel, esta cocinando en ciernes los famosos Estados de Excepción, para utilizar el dinero sin control, como lo pretendió con los incendios forestales y ahora lo pretende con la época de lluvia.

Pero el gobierno del señor Arévalo no asume ninguna responsabilidad, el no es el culpable del desgobierno que lleva en tan poco tiempo, sino que los responsables están en sus antecesores Morales y Giammattei. ¿Pero qué ha hecho para combatir la corrupción en estos seis meses? Nada, absolutamente nada, porque los “negocios” en el Estado están a la orden del día y no ha existido un punto y final a la corrupción en la administración publica.  En seis meses no ha mejorado nada.  Las escuelas son un desastre y la ministra de Educación que una vez se enfrentó a Joviel Acevedo, ya que hizo a su lado y todo en paz.  Los hospitales públicos siguen siendo un desastre y no se ve cambio en nada y así podemos seguir mencionando a la seguridad, las carreteras y todo lo demás.  ¿Vamos a esperar cuatro años para ver un cambio? 

Ya no se puede seguir señalando los desmanes de los gobiernos anteriores para tapar los propios, si el gobierno que asumió el 14 de enero 2024 se preció de ser un gobierno honesto, ético y anticorrupción, queremos ver eso en la Administración Pública, en los ministerios y es lo que no se ha visto, sino que contrariamente aparecen siempre actos y actos corruptos que siguen a la orden del día.  ¿Cuándo se va a marcar un punto y aparte? No lo sabemos, porque el gobierno del señor Arévalo esta creído de que ha estado haciendo un buen gobierno cuyos actos no se ven.  La lucha contra la corrupción no se logra nombrando un comisionado que viaja a cada momento pero que no se le ve denunciar nada, la lucha contra la corrupción se inicia haciendo una limpia en casa y no tolerando ni un ápice los actos corruptos aunque sean de sus mas cercanos colaboradores.

Seguir el juego de “De Tin Marín, de Do Pingüe, Cucara Macara títere fue; yo no fui, fue Tete, pégale, pégale a quien fue…” no le va a durar a este gobierno mucho tiempo, el desaliento, la decepción y el hartazgo de la población esta llegando mucho mas rápido de lo que parece y muchos de aquellos que antes esperaron ver un cambio, poco a poco se están dando cuenta que Arevalo esta siendo más de lo mismo, con el cinismo de que se considera incorrupto pero que sus hechos están mostrando que no lo es y aquello que todos los que ahora gobierna criticaron de los anteriores es precisamente lo que están haciendo.  No se puede ser incorrupto haciendo lo mismo que los antecesores. Debe cambiar y marcar una línea entre lo de antes y lo de ahora, estos cambios no pueden esperar, pero excusarse de que recibieron un país mal gobernado, es una invitación a responderles lo siguiente:  “Si recibieron un país en pedazos, nadie les invito a querer gobernarlo y si se metieron a querer gobernarlo queremos ver que ese cambio inicie en casa, exactamente en la casa presidencial pero hacer compras superfluas resulta ser un insulto a la población. Dejen de estarse excusando en los gobiernos antecesores, esa excusa es una estupidez”.

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Emilio Estrada

El Doctor Emilio Estrada, es abogado egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, obtuvo su PhD en Sociología en la Universidad de Salamanca, España, es abogado litigante.

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