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La Globalización y la Tecnología han Revolucionado el Mundo

Una Guatemala Diferente Es Posible

En un mundo en donde los cambios se suceden a velocidad vertiginosa, la globalización ha derribado fronteras y la tecnología ha revolucionado la manera en que nos comunicamos, trabajamos y accedemos a su conocimiento; estos avances, sin duda, han traído beneficios incuestionables, sin embargo, también han dejado una huella profunda y muchas veces invisible en las sociedades, su transformación y en ciertos casos, su debilitamiento, especialmente cuando se habla de los valores fundamentales que sostienen las sociedades. 

Durante generaciones, valores como el respeto, la justicia y la solidaridad fueron los pilares que dieron cohesión y sentido a la vida en comunidad, hoy, muchos de esos valores han sido desplazados por otros centrados en el éxito individual, el consumo y la acumulación de dinero y bienes materiales; el mundo hoy se mide en “likes”, seguidores, dinero, bienes o productividad, el ser humano no corre el riesgo de convertirse en una cifra más dentro del engranaje global, sin duda lo es. 

La tecnología, que prometía acercarnos, ha provocado en muchos casos una desconexión emocional, las familias comparten mesa, pero no miradas, las conversaciones cara a cara se han reducido, éstas han sido reemplazadas por mensajes instantáneos o videos que duran menos de un minuto, se prioriza la inmediatez sobre la profundidad, la apariencia sobre la autenticidad; por otro lado la lógica del mercado se ha infiltrado en casi todos los aspectos de la vida, se mide el valor de las personas por lo que tienen, no por lo que son, la solidaridad ha sido sustituida por la competencia y vemos que la justicia, algunas veces, cede ante los intereses económicos; se habla de progreso ¿A qué costo? ¿Hacia dónde?

Esto no significa, desde luego, que debamos rechazar la tecnología o la globalización, sería ingenuo o incluso irresponsable plantearlo, el verdadero desafío está en entender y aprender a convivir con estos fenómenos sin renunciar a lo esencial, por lo que necesitamos educar para el pensamiento crítico, para la empatía, para la responsabilidad social, necesitamos fomentar espacios de diálogo, de encuentro, de cuidado mutuo; sin dudarlo, la modernidad nos ha dado herramientas poderosas, pero ninguna herramienta, por útil que sea, puede sustituir los valores humanos que nos definen como sociedad, el reto es más que claro, o recuperamos el equilibrio entre el tener y el ser, o seguiremos avanzando tecnológicamente mientras retrocedemos en lo más fundamental, nuestra humanidad.  

Al final, más allá de los avances tecnológicos o del crecimiento económico, una sociedad solo se sostiene verdaderamente cuando se construye sobre valores sólidos, como el respeto, que es sin duda el más urgente por recuperar, respeto por el otro, por sus ideas, su cultura, su dignidad, en un mundo cada vez más polarizado, recuperar el valor del respeto es fundamental para la convivencia y evitar la polarización y confrontación; la familia, en todas sus formas, sigue siendo el lugar en donde aprendemos a amar, a compartir, a cuidar, es ahí, en donde nacen los vínculos que nos acompañan toda la vida; la solidaridad nos recuerda que en este mundo no estamos solos, que cada acción tiene un impacto en los demás, y que el verdadero progreso es aquel que no deja a nadie atrás, ser solidario es reconocer al otro como parte de uno mismo; la justicia es el valor que equilibra todo, sin justicia, no hay paz social, ni verdadera democracia, es la base sobre la que se construyen las oportunidades para todos, se asegura la equidad y se consolida la confianza en las instituciones y como olvidarnos de la patria, no como un nacionalismo cerrado, sino como un compromiso con nuestra comunidad, nuestra historia y nuestro futuro, es cuidar lo nuestro con orgullo, pero también con responsabilidad.

Estos valores no son sólo ideas abstractas, son guías para la vida, son las raíces que sostienen a una sociedad en tiempos de cambio, si queremos que el mundo que heredaremos a las próximas generaciones sea más humano, más justo y más fraterno, debemos volver la mirada a esos valores, porque al final, no se trata solo de lo que el mundo nos ofrece, sino también de lo que estamos dispuesto a ofrecerle al mundo.

AL RESCATE DE GUATEMALA.

GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.

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