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¿Amor o amor?

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Ya hecho mención en otra ocasión, de considerar por algunos el sexo como una ciencia tabú, censurada tal es así a modo de ejemplo de medios audiovisuales que aclaran previamente: desnudez, sexo implícito, etc., a lo cual se les da la oportunidad a los padres de bloquear el acceso a dichos programas.

El riesgo está que no hay solo un plan B, diría hasta el plan Z, ya que las opciones son tan diversas, donde años atrás conocer de sexo era a partir preferentemente de los amigos, en este momento de redes plagadas de pornografía, sin distinción de género por el usuario.

También hemos mencionado que los padres sean los principales comunicadores asertivos en cuando a educar a sus hijos en este rubro tan complejo, donde suele para colmo si es niña le explica la mamá, si es varón el padre, por supuesto “la lección” será debidamente aprendida si los padres tienen la preparación suficiente para ello.

Otra situación es para aquellos docentes que les corresponde impartir determinadas asignaturas donde se aborda el cuerpo humano y se estudian los diferentes órganos y sistemas que es lo más general (al menos en Centroamérica), mientras que en otros países suele abordarse La educación sexual, paralelamente como asignatura opcional u optativa, para lo cual el (la) docente debe estar empoderado de lo que transmite respetando los valores morales y éticos, en un lenguaje claro y llano, evitando con ello que los padres se exalten o alarmen de lo aprendido al respecto, sobre todo si ellos no intervinieron de forma previa en la preparación de sus descendientes.

Pasemos – posterior a lo abordado – a tratar de dar una respuesta a la interrogante del artículo de hoy, partiendo como siempre de sus acepciones: 1. “Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno” / 2. “Sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común” / 3. “Concepto universal relativo a la afinidad o armonía entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista”

De los cuales extraigo: “…sentimiento, atracción… y definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista”, comportamientos todos emocionales que va siendo acentuados en la medida que crecemos, a los niños se les enseña a amar dando respuesta a la definición 1 y 3, ya en el caso de la definición 2, entran los factores de educación, siendo importante el respetar ciertos cánones o normas – entiéndase, principio que se impone o se adopta para dirigir la conducta o la correcta realización de una acción o el correcto desarrollo de una actividad – establecidos por determinadas religiones – que determinan como se describe lo que es correcto y no lo es, más cuando se impone inclusive llegar al extremo de ser castigado físicamente.

Obviamente – lo cual respeto – dada la diversidad cultural de creencias[1], cultos, posiblemente a criterio de este escribidor[2], pudieran determinar en los creyentes la ausencia de un verdadero amor donde cumplan con las definiciones 1 y 3, no así la 2, en toda su extensión: “… intensa atracción emocional y sexual…” de las cuales tienen derecho, ¡imposible de excluir!, y más para todos(as) cuando lo ideal es que sea para una toda vida, que por supuesto resulta complejo ante un sinnúmero de factores, tales como saber navegar entre diferentes escollos: una mala comunicación entre la pareja, considerar al amor en el plano sexual como algo rutinario y peor para aquellos que lo planifican, limitaciones físicas donde habitan, factores emocionales cuando podría ser el desempleo en un momento dado, etc.

Por lo visto amor y amor, deberán conjugarse, de no ser así, sería un grave error. ¡Píenselo!

Nota: más allá de que me he autoproclamado escribidor – no he sido el primero, ya lo pude apreciar en un colega compatriota, la diferencia es que me lleva más años – por la naturaleza del tema, posiblemente lo siga abordando en publicaciones posteriores, lo cual dependerá de la musa.


[1] Estado de la mente cuando consideramos que algo es verdadero, aunque no estemos 100% seguros o seamos capaces de demostrarlo

[2] Según la RAE, escritor prolífico, perdonen que así me considere, sin ego alguno.

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Ernesto González Valdés

Nació en la ciudad de La Habana, Cuba y es nacionalizado Nicaragüense tiene estudios superiores de Licenciatura en Pedagogía y posgrados en Química Orgánica y elaboración de materiales didácticos.

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