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Trump nos trae el caos (Tercera Parte, sin final feliz)

Sueños…

Los retos del 2025

  1. A 13 días del fin del mundo.
  2. El retorno de Donald Trump a la presidencia de la principal potencia mundial y límite de los países de América-nuestra.
  3. Trump amenaza la estabilidad regional al pretender retomar el control del canal de Panamá, adicional a su interés por adquirir Groenlandia. Aunque aquí ya Dinamarca lanzó una contraoferta y quiere comprar Estados Unidos.
  4. El retorno a las guerras comerciales entre Estados Unidos frente a China, México, Canadá, la Comunidad Europea que afectará a la región centroamericana.
  5. La dureza para detener la migración por parte de Trump, así como la expulsión de centroamericanos, con la posible caída de las remesas, principal fuente de capital para economía ineficientes y corruptas.
  6. Fin de la confianza en la legislación y acuerdos internacionales. Trump podría sacar de nuevo a USA del acuerdo de París, denigrar a la ONU, la OMC, y cuestionar a los organismos que pretenden juzgar los crímenes de Israel.
  7. Con Ucrania la incertidumbre, Trump fortalecerá a Ucrania para presionar a Rusia a un acuerdo o quitará la ayuda a Ucrania para que se rinda y lograr un acuerdo con Putin.
  8. Declarar terroristas a los carteles de la droga, con el ataque a sus pretendidos campamentos, sin importar el país en que se encuentren.
  9. China invertirá en producción y alta tecnología en Centroamérica, como responderá a los aranceles gringos, intentará invadir Taiwán.
  10. Japón y Alemania despertarán y volverán a invertir en armas y ejércitos modernos, que podría significar para el mundo.
  11. Centroamérica como aduana del narco y el lavado de dinero, podría verse en medio del conflicto. Con Guatemala con avances en lo económico y lo social, estancada en una eterna lucha de las obsoletas izquierda y derecha; El Salvador, con espacios para relanzar la economía en un ambiente de cacicazgo; Honduras confrontada a Estados Unidos en un mal momento; Nicaragua, estable con dictadura; Costa Rica en año electoral que puede paralizar al país; Panamá ante riesgos de su principal y único activo, amenazado por el cambio climático y Trump.

La tercera guerra mundial no atemoriza

Durante mucho tiempo, en los países más desarrollados, el temor a la tercera guerra mundial era una amenaza que sembraba el pánico en la población. Tener una cantidad de bombas atómicas que pudieran destruir el planeta una vez no bastaba, había que tener un arsenal superior al enemigo, y si este podía destruir la Tierra 3 veces, mi país tenía que gastar en armas para poderlo destruir cinco. 

Además, había que construir bunkers subterráneos que le permitieran a las familias más acomodadas sobrevivir mínimo seis meses encerradas con abundante comida, líquidos y diversión electrónica. Nadie pensaba que a los seis meses había que salir a la contaminación de residuos nucleares mortales para todo ser vivo.

Hoy el inicio de la tercera guerra ya no atemoriza. Pues ya empezó, pero no como un diluvio de misiles atómicos que como hongos gigantescos y monstruosos evaporaban ciudades, humanos y la naturaleza, dejando un mundo tan contaminado que destruía monstruosamente la Tierra. Las potencias se las ingeniaron y la guerra hoy no es un final apocalíptico. Es una muerte generalizada, pero por episodios como las series de las plataformas de streaming. La tercera guerra se desarrolla en frentes regionales, en batallas con armas electrónicas, en búsqueda de conquistar o destruir territorios. Las potencias declaran terroristas peligrosos a grupos humanos y sociales, y se declaran con derecho de defensa. Ese derecho les permite encontrar campamentos terroristas y bombardearlos, conquistarlos o destruirlos en cualquier parte del mundo, sin importar la soberanía de ningún Estado del tercer mundo. 

Ucrania, Bielorrusia, Polonia declaran ser independientes, la dirigencia rusa considera que darles autonomía fue un error de los últimos dirigentes soviéticos y que por seguridad nacional tiene que reconquistarlos. Taiwán es una nación democrática conformada por una mayoría nacional taiwanesa, con un alto porcentaje de otras naciones como los cantoneses, y China, gobernada por cantoneses decide que tiene que recuperarla. España no permite que naciones autónomas decidan su destino. Israel, más claramente quiere eliminar a todo palestino. En fin, cualquier criterio de democracia y convivencia pacífica es arrasada.

Cuanto tiempo durarán los conflictos regionales, en algún momento las potencias, 8 en total, ¿estarán conformes con la repartición lograda? Nadie lo sabe. Las alternativas son: primero, las potencias culminan la nueva racionalidad de redistribución del mundo, y llegan a un acuerdo de paz, que dure unas 5 décadas; segundo, las potencias forman varias alianzas para seguir la confrontación hasta ver sus propios territorios atacados; tercero, las potencias y sus alianzas entran en un conflicto generalizado con armamento atómico. ¿Podrá un conjunto de naciones subdesarrolladas, Guatemala y Costa Rica, por ejemplo, proclamar un proyecto de vida en paz en el planeta?

¿Podrá alguien lograr un acuerdo para alcanzar la paz, el desarme y la convivencia pacífica?

Cuáles son las principales tendencias regionales de América latina

En este escenario multipolar, Estados Unidos ha perdido poder, algo que podría encajar en la idea del declive de Occidente, pero no tanto como podría parecer. El resto de potencias también tienen retos por delante. Algunas como India arrastran problemas de pobreza y desigualdad estructurales que les impiden avanzar todo lo que querrían. Por su parte, China ha visto cómo su crecimiento económico se ha ralentizado, amenazado por la crisis de su sector inmobiliario o por sus problemas de natalidad. Tampoco posee una fuerza militar tan desarrollada como la estadounidense o una moneda tan potente como el dólar. Por no hablar de que su estrategia de la Nueva Ruta de la Seda no le está reportando todos los beneficios que podría. Así, aunque el poder esté más repartido, Estados Unidos mantiene su supremacía global.

El declive de un mundo construido por Occidente

Para ser el centro del sistema económico-social, se necesita más que la fuerza. Tierne que ofrecerse unas ideas de progreso, de equidad, de superación para todos. Se tiene que ofrecer un sueño creíble, en que los más desarrapados sientan que los toman en cuenta. El liberalismo democrático ha ofrecido la libertad individual, mercados competitivos, democracia electoral y un Estado legal y equitativo.

Al terminar la guerra fría, el capitalismo triunfó en forma contundente sobre el socialismo. La historia terminó. El capitalismo tenía todo el mundo para construir su modelo de mercados competitivos y democracia electoral. Pero fracasó. En lugar del liberalismo democrático resurgió un monstruo. Al despertar el monstruo estaba allí. Las potencias ganadoras se olvidaron de difundir los valores positivos y se dedicaron a colonizar de nuevo el mundo, generando una nueva redistribución de territorios, lo que solo puede culminar en guerras, ensayos de armas de alta tecnología y genocidio.

Sin tener un modelo de una sociedad mejor, el mundo se sumerge en un oscuro pantano dominado por los intereses más bajos del ser humano, esclavizar a los demás y concentrar la riqueza y el poder en pocas manos.

Varias décadas después de que Deng Xiaoping promulgara la apertura a la economía de mercado, occidente no vio levantarse los valores democráticos en China, más bien el autoritarismo, le hipocresía y la violación del derecho de las naciones a la autodeterminación es violado todos los días, por el grupo encabezado por Estados Unidos e Israel.

A los líderes occidentales no les fue difícil mostrar su encanto por el autoritarismo del liderazgo chino y las monarquías del Golfo o países del sudeste asiático aliados de Estados Unidos. El comercio, la colaboración y el enriquecimiento acelerado encantaron a Estados Unidos y sus aliados en convivencia con los regímenes autoritarios amistosos., 

El sueño americano, el lugar donde el liberalismo democrático había alcanzado su pleno desarrollo se ha derrumbado, amanece el control imperialista del mundo. La hipocresía es hoy su bandera, ya no busca aliados o respeto por valores democráticos ahora busca apoderarse de materias primas y lugares geoestratégicos, pasando por encima del derecho internacional y el multilateralismo sin ambages.

Como luchar con éxito en este mundo fracturado

La tarea de los patriotas democráticos es construir repúblicas con una fuerte identidad de nacionalidades basadas en sistemas electorales democráticos y pluralistas; con proyectos de protección del medio ambiente; con libertades civiles basadas en educación de calidad para todos; y sistemas económicos basados en la pequeña y mediana empresas competitiva y eficiente, orientada a procesos de alta tecnología.

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Le invitamos a leer más del autor:

Cristobal Pérez-Jerez

Economista, con maestría en política económica y relaciones internacionales. Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica. Analista de problemas estratégicos, con una visión liberal democrática.

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