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Un año más, luego del acomodamiento ¿Qué sigue Bernardo?

Barataria

El 2024 en Guatemala se vivió un año demasiado convulso, desde finales del 2023 hasta el 14 de enero no teníamos una certeza de que el señor Bernardo Arévalo tomaría posesión como presidente constitucional de la república.  Así, iniciaba entre tumbos un gobierno muy esperanzador, especialmente porque el electorado había confiado en un candidato que parecía se salía del guion, porque no estaba previsto que este candidado, nuevo y exdiputado llegara a gobernar.  Otro aspecto importante, es que ya habíamos tenido la experiencia con Jimmy Morales quien llegó sin ningún compromiso al poder y perdió la gran oportunidad de hacer algo bueno por el país y con ello se esperaba que Bernardo Arévalo, candidato de izquierda y un séquito de personajes que estuvieron de alguna manera vinculados con el Partido Semilla y además con muchos asesores que, de alguna u otra manera, permanecieron en la oposición, lo cual permitía un bagaje de experiencia para hacer un gobierno diferente.

Ya en el poder, empezaron las mismas excusas de otros gobiernos, respecto a falta de presupuesto, respecto a que el gobierno anterior le había dejado en trapos de cucaracha todo el Estado y muchas otras excusas, que se han ido disipando a medida que pasaron los meses. Sin embargo dos eventos han marcado al final del año las acciones del gobernante:  Por un lado, pese a intervenir activamente en el proceso de elección de magistrados del poder judicial, se fracasó rotundamente en la elección de las cortes, dado el nivel de politización del proceso, no lograron tener la suficiente habilidad política para lograr que magistrados afines fueran electos y, en el Congreso hubo literalmente una desbandada de la bancada, puesto que unos votaron por otros y así, en lugar de lograr su cometido de evitar que el proceso judicial que ha marcado la cancelación del partido se parara, continúa viento en popa.  Luego, resultó la aprobación de un abultado y desfinanciado presupuesto (criticado por ellos cuando estaban en la llanura) con el cual supuestamente este año no tendrán problemas para ejecutar sus proyectos aunque todos sabemos que este presupuesto, al igual que muchos a lo largo de la historia tiene un alto porcentaje para funcionamiento y poco para inversión.  Esta aprobación presupuestaria fue todo un bochorno, el partido oficial, partido Semilla negoció para que le aprobaran el presupuesto y una reforma a la Ley contra el Crimen Organizado buscando salvar al partido de su cancelación, sin embargo para ello aprobó una reforma retrograda a la Ley de la Policía Nacional, prácticamente creando una policía secreta y además de ello, un jugoso aumento para todos diputaditos que sufren porque no han podido hacer sus negocitos y por ello había que aumentarles y los diputados de semilla, simplemente no votaron pero estuvieron totalmente de acuerdo. 

El año 2025 inicia para el gobernante y su séquito con muchas mas dudas que las que se cernieron en enero de 2024, pero con la diferencia de que ya llevan un año de acomodamiento, ya no tienen la excusa de que el gobierno anterior les dejó todo patas arriba, ya no tienen la excusa de que son noveles en el manejo de la cosa pública y tampoco tienen la excusa de un presupuesto amarrado como el que recibieron el año pasado y, además de todo ya no tienen excusa de que no se han acomodado.  Ahora, ya después de un año de acomodamiento  que esperaríamos para un gobierno que no ha arrancado como debió haberlo hecho ya no existan este tipo de excusas y que de verdad pueda mostrar que es diferente o de una vez por todas que muestren que son de la misma calaña.

Con el tiempo, en Guatemala hemos aprendido que la clase política con alguna que otra excepción muy escasa, por cierto, es la peor, son peor que las maras que extorsionan al pueblo, son peor que aquellos que se apostan a escondidas del camino para asaltar a cualquier transeúnte.  Llegan al poder a cualquier cargo público, desde la administración publica de mediano rango, hasta los altos cargos ministeriales; con una voracidad para hacer sus propios negocios, para sacarle raja a los contratos y negocios del Estado y para salir con un buen “colchoncito” que les ayude al salir para vivir mucho mejor, en algunos casos para ya no volver a trabajar en su vida y. aquellos que nunca fueron emprendedores, ni empresarios, con uno, dos o tres años, en el poder salen fundadores de empresas, con casas, carros y más-  Nadie comprende como surge esa transformación de como alguien que entra con una mano adelante y otra atrás al ejercicio de la función pública sale hecho todo un millonario, sale con mucho dinero, cuando los salarios no le dan para llevar un tren de vida y nunca piden aumentar el salario.  Los diputados son un caso de este tipo de corrupción, con salarios que no llegaban a los 35,000 quetzales parason muchos años sin reclamar un aumento, hasta este año en que la legislatura se paralizó y los negocios al menos, no se hacen tan abiertamente como antes, así fue la justificación del uno de los diputados de semilla.

Ya pasó un año, el año del acomodamiento, ¿ahora que seguirá? No lo sabemos, no tenemos ni idea de que hará el gobierno.  Sin embargo, me animo a pronosticar que, depende de qué resultados tenga el gobierno del señor Arévalo en el primer trimestre de este año, va a condicionarlo para el resto de su mandato, que de por sí esta alicaído y con muy pocas posibilidades de mejorar.

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Emilio Estrada

El Doctor Emilio Estrada, es abogado egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, obtuvo su PhD en Sociología en la Universidad de Salamanca, España, es abogado litigante.

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