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Gobernar con y para el pueblo

Tanmi Tnam

Hay poca credibilidad de las instituciones públicas porque funcionan atendiendo intereses de quienes más dañan al país.  Buena parte de la ciudadanía y la población en general duda de las declaraciones y la actuación de quienes están al frente de los tribunales de justicia, la Corte de Constitucionalidad, el Ejecutivo y el Congreso de la República.  El silencio de los partidos políticos perdedores en la contienda de primera y segunda vuelta electoral de este año 2023, la inacción de los diputados y alcaldes electos ha dejado solo a la población para buscar salida a la crisis actual.  En pleno Siglo XXI siguen los pocos interesados en que nada cambie en nuestro país. No desean ningún cambio que trastorne las oportunidades de continuar con la corrupción, la impunidad y las prerrogativas que han durado siglos.

Ante la realidad que se percibe como consecuencia de la cooptación de varias de las instituciones públicas por los poderes ocultos que sostienen que nada debe cambiar, hace ver que las manifestaciones en curso bajo el liderazgo de 48 Cantones de Totonicapán y otras autoridades comunitarias y ancestrales de otras regiones del país, es una oportunidad para llevar a la práctica un proceso de diálogo para discutir, proponer y acompañar cualquier intento de transformación que desea realizar el próximo Gobierno del Doctor Arévalo.  Es la ciudadanía, es el pueblo y son los pueblos de Guatemala que deben decidir y sostener la práctica de que el poder viene del pueblo y que nada más delegan el contenido y su aplicación a los poderes del Estado. Las y los guatemaltecos aspiramos y necesitamos conocer a todos los pueblos, saber vivir juntos disfrutando y respetando nuestra diversidad cultural. Pero también hay que contrarrestar a la corrupción en distintos espacios.  Si un poder del Estado se olvida de sus funciones o atiende solamente a aquellos que dan dinero, entonces, están los mecanismos viables y legales al alcance del pueblo para la corrección que corresponde. Juntos pueblo y gobierno es posible avanzar.

Gracias a los que se niegan a reconocer los resultados del voto de la primera y segunda vuelta electoral de este año 2023, los guatemaltecos y cada uno de los pueblos tienen más información acerca de la cruda realidad política del país. Que desde la invasión y luego en 1821, los pueblos originarios no han participado de las discusiones, acuerdos y concreción de la estructura organizativa del Estado de Guatemala. Ahora, se conoce más, que el actual Estado de Guatemala es racista, desigual e injusto.

Las manifestaciones en curso traen ventajas tanto para el país y su raquítica e incompleta democracia como para cada uno de los cuatro pueblos. Al ser las manifestaciones parte de un esfuerzo humano también tienen sus puntos débiles.  La verdadera democracia en Guatemala tiene que ser con la participación y representación de todos los pueblos. Por el momento, interesan las acciones que apoyan las condiciones para que el Doctor Bernardo Arévalo y la Doctora Karin Herrera tomen posesión de sus puestos para que gobiernen el país de la mano con y para los pueblos de Guatemala. El pueblo debe recordarles a todos sus trabajadores que cumplan con sus funciones para el bien común y no solamente para los intereses de politiqueros, corruptos y los pocos dueños de la riqueza.

Los próximos cuatro años de gobierno deben servir para fortalecer la organización y la participación de los pueblos y el monitoreo de la calidad, cobertura y pertinencia cultural de las políticas públicas y la estructura del Estado incluyente para la gobernabilidad.

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