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De lo que se dice poco

Petardo

Un lector me pidió que escribiera sobre costumbres raras antiguas y por el me puse a investigar.

Los antiguos egipcios empezaron a utilizar un mineral llamado kohl para colorear los párpados. Siglo I d. C. Los hombres y mujeres de la antigua Roma utilizaban piedra pómez para eliminar el vello corporal no deseado.

En tiempos prehistóricos, las conchas de almejas, los dientes de tiburón y el pedernal se afilaban y se usaban para afeitarse.  Se encontraron dibujos de tales hojas en cuevas prehistóricas. Algunas tribus todavía usan hojas de pedernal hasta el día de hoy.

El hombre se empieza a afeitar en la Edad de Piedra, cuando descubre que puede decorar su cuerpo de la misma forma que lo hace en las paredes de las cuevas. 4000-3000 a. C. Depilaban todo su cuerpo a través del fuego (utilizando velas), con piedra pómez o con ceras creadas con sangre animal.

Como dato curioso, cabe destacar que las mujeres, desde bien jóvenes, se deshacían de su vello púbico para preservar siempre un aire juvenil e inmaculado. Tanto mujeres como hombres se depilaban el cuerpo utilizando diversos métodos como la depilación con cera, el uso de cuchillas, piedra pómez e incluso la eliminación con sustancias químicas. La piel suave se consideraba un signo de higiene, y la depilación era una práctica socialmente aceptada.

La primera navaja de afeitar fue egipcia. Más adelante, en la civilización mesopotámica, los sumerios y los babilónicos desarrollarían unas rudimentarias versiones de crema de afeitado en las que se incluirían una mezcla de grasa de animal y ceniza de madera, con la cual embadurnarían la piel de la cara.

Para los antiguos griegos, la barba era un símbolo de virilidad y sabiduría.  Solo las cortaban como duelo, incluso arrancándoselas o quemándoselas. Algo parecido pasaba con los vikingos, hacían juramento de no cortarla en la vida, y muchos de sus motes tenían su origen en la forma, longitud o color de sus barbas.

¿Por qué los judíos se dejan crecer la barba? «El Zohar», una de las principales fuentes de la Cábala, señala que los pelos de la barba son símbolo de los canales de energía subconsciente sagrado que fluyen desde la parte superior para el alma humana.

El punto de vista de los eruditos musulmanes es que el mantenimiento de la barba es, por lo menos, un elogio para los hombres, ya que sigue el ejemplo de Mahoma, y la mayoría lo consideran obligatorio. Dejarse crecer la barba es obligatorio para todos los hombres musulmanes que puedan hacerlo. Todos los sabios de las primeras generaciones de musulmanes, incluyendo los Cuatro Imames, sostienen unánimemente que es prohibido afeitarse la barba. Afeitarla se considera una mutilación absolutamente prohibida, tal como ha sido reportado.  Consideran que el hombre que se afeita la barba tiene aspectos afeminados. Muchos de ellos no aceptaban el testimonio de un hombre afeitado ni tampoco consideraban que debía liderar las oraciones.

En el judaísmo La Torá prohibió cortar la barba con navaja, sin embargo, con una tijera o máquina de afeitar, cuyas cuchillas no son como navaja, u otro sistema que no requiera apoyar el filo de un cuchillo sobre el rostro, se puede emplear sin inconveniente. Además, algunos judíos se abstienen de afeitarse tras la muerte de un pariente cercano, durante el período de treinta días de luto, conocido en hebreo como el Shloshim, así como durante los períodos de la «Cuenta del Omer». En Guatemala algunos se dejan la barba para ocultar el vitíligo, otros piensan que se ven más varoniles y otros por falta de recursos.

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Leonel Guerra Saravia

Médico y cirujano con maestrías de ciencias sociales, política, relaciones internacionales y filosofía.

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