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¿Tiempos recios en Guatemala?

Vocación de Libertad

Se dejaron venir nuevamente lo que en parte el respetable escritor Álvaro Vargas Llosa resumiera en su, entiendo historia novelada “Tiempos Recios”. Es una parte de la triste historia de este bello, hermoso y tristemente sufrido país nuestro: Guatemala.

Los guatemaltecos, hemos sido en la historia de las Américas y con ello del mundo occidental, un pequeño lunar en torno al cual mucha de la geopolítica estratégica de las grandes potencias mundiales se ha jugado y eso parece volver a repetirse hoy. No precisamente por sus grandes bondades y modelajes de sociedades democráticas y de desarrollo, sino por todo lo contrario. ¿Podremos hoy ver un poco más profundo de la epidermis de nuestras sociedades y nuestras acciones?

Entre los factores que quizá aun superficialmente pudiesen explicar por qué desde el exterior se nos ve desde otras ópticas, podríamos enumerar: Nuestra proximidad al gran mercado mundial, el acceso a dos océanos, su clima definido en el país de la eterna primavera, además de la existencia de petróleo, oro y otros minerales de los cuales aún no se nos cuenta, pero que se dice que los Rusos ya se llevan con el supuesto de ser Níquel, además de tener una población en donde aún predomina la inocente ignorancia del indio (así nos han visto, así nos quieren ver y así quisieran que siguiéramos siendo hacia el futuro.

En los tiempos de la post guerra y cuando el mundo occidental vivió la guerra fría, Rusia por su lado, Europa Occidental por el suyo y Estados Unidos de América por el propio, jugaron en América Latina lo que en su momento el expresidente Arévalo dejo consignado en su libro: “La Fabula del Tiburón y las sardinas”. Léalo con los lentes de hoy y atrévase a pensar.

Al respecto, el buen amigo y columnista de El Siglo Giovanni Tobar Guzmán escribió así sobre este, permítanme calificarlo como profético libro: “Este es el nombre con el cual, Juan José Arévalo, publico uno de sus libros más reflexivos en 1956, el cual está marcado por el amargo exilio de su autor. En su prólogo, se cita, como éste comenzó a entender lo que sucedería a Guatemala cuando llego al país, el nuevo embajador de Estados Unidos a finales de 1948 Richard C. Patterson.

Aunque Arévalo logro el retiro de Patterson del país, con el avance de la guerra fría, Estados Unidos se volvió cada vez menos flexible y sucedió lo que todos sabemos, un letargo que ha llevado al país a la cola de sus pares en la región, con los indicadores de subdesarrollo solo comparables con las peores realidades africanas.” 

Hoy son nuevos tiempos recios para Guatemala. Esta vez con cuatro componentes agregados y diferentes, en el entendimiento de quien firma este artículo, que convierten estos nuevos tiempos recios en posibilidades insospechadas por peligrosas y en medio de las cuales, para variar, los más pobres, los más ignorantes, los más enfermos y desnutridos podrían seguir pagando una factura que significa su vida y su futuro. Es tal que uno no debe sorprenderse de comentarios externados por un exembajador norteamericano en una entrevista radial con el Periodista y amigo, Luis Felipe Valenzuela. Cito transcripción propia de parte de la entrevista:

“…comenzamos a conversar acerca de qué podríamos decir para dejar muy Claro que nosotros, que representamos una gama de embajadores que todos trabajamos en gobiernos del partido republicano, del partido demócrata, con tendencias personales en la política, ya jubilados, que van desde el partido republicano al partido demócrata y todos estábamos muy preocupados por la dirección en la cual se encamina a Guatemala. Pensamos que es realmente súper necesario que el presidente Giammattei se detenga y que trate de interrumpir lo que ha puesto en marcha que es el intento de la fiscal general de anular las elecciones recientemente realizadas.” (texto transcrito literalmente de la entrevista citada).

Los cuatro componentes nuevos para estos nuevos tiempos recios son: 1. Nueva geopolítica: China, India, Rusia, Irán, Israel y el Medio Oriente, por un lado, todos ellos con sus proximidades e intereses en nuestra pequeña geografía centroamericana. 2. El galopante nivel de corrupción en medio de la captura del Estado Guatemalteco en particular y varios ejes de poder en conexión con México y el resto de Centroamérica por el crimen organizado y sus expresiones más conspicuas de la Droga, el tráfico de migrantes/trata de blancas, el comercio de armas y algunos otros ilícitos. 3. La transfiguración del sistema financiero provocada por la tecnología y la ahora claridad de vivir en una sociedad liquida y para ponerle un toque de guinda al coctel de los nuevos tiempos recios: 4. “el resurgimiento de los grandes movimientos de los pueblos originarios”, frente a la torpeza y miopía histórica de nuestros liderazgos.

A todo lo anterior, hemos de sumar el evidente vacío de contenido de fundamentos de principios y valores que dé una columna vertebral a las ideas del por qué y para qué existimos como sociedad, como especie humana, como ciudadanos. Antes bien, para variar un poco más, el sistema de creencias judeo cristianas, otrora sustento de nuestro equilibrio de vida individual, familiar y societario, se encuentra bajo a ataque en sus raíces más profundas.

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Juan F. Callejas Vargas

Nicaragüense por nacimiento, Guatemalteco por decisión. 72 años de edad, periodista de opinión, casado con una esposa – Ana Lucrecia Aquino de Callejas - con quien ha procreado ocho hijos. Estudios profesionales en Universidad Rafael Landívar, INCAE y post grados en Inglaterra, Brasil y Estados Unidos de América. Amplia experiencia en diseño y ejecución efectiva de programas de comunicación y diseño de Estrategias a nivel comercial para firmas y organizaciones nacionales e internacionales. Estratega de campañas políticas, de gobierno e institucionales en Guatemala y El Salvador, así como mercadeo social.

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