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La comunidad local y el desarrollo

Tanmi Tnam

Quienes orientan y planifican el desarrollo integral de los pueblos de Guatemala, deben conocer muy bien las características, necesidades, problemas y aspiraciones de las comunidades locales. En éstas viven las familias que hablan alguno de los idiomas mayas, el Xinka o el Garífuna, pero también las hay donde los habitantes se identifican como hablantes del idioma español y viven en condiciones de pobreza. En muchas de estas comunidades cobra sentido la expresión “ausencia de Estado”.

Tener en cuenta que las comunidades locales cuentan con instituciones propias. De estas instituciones y según la cultura materna, son las familias quienes tienen la responsabilidad de trabajar por el desarrollo económico y educativo de sus integrantes, otras instituciones comunitarias disponen sus servicios para la salud como el caso de las comadronas, otras por la administración de justicia tal como lo hacen las autoridades indígenas y otras por el cuidado del ambiente.  Uno de los servicios con mucho reconocimiento es la autoridad indígena toda vez que es seleccionada y nombrada por la comunidad.

En la comunidad local están los medios de vida que conserva la mayoría de las familias. Son las familias que practican su uso, conservan los conocimientos y los procedimientos que necesitan. Los programas de desarrollo que llegan por parte del sector oficial deben apoyar su conservación y fomentar la producción sin alterar medios ni sustituir actores que allí sobreviven.

Las municipalidades deben comprender la lógica con que las comunidades funcionan y ordenan su vida. Es de admirar que, en estos momentos, hay aldeas y caseríos que con el trabajo comunitario han construido brechas de carreteras, tienen proyectos de mini riego o algún proyecto agrícola. Estos esfuerzos solo deberían de ser complementados o finalizados con recursos de las instituciones oficiales. 

Las instituciones que velan por el uso del dinero público deben realizar estudios acerca del destino de los recursos asignados a las municipalidades de los municipios más pobres del país. La Constitución Política de Guatemala lleva cerca de cuarenta años de señalar la asignación de fondos a las municipalidades del país, pero los indicadores de pobreza continúan. Qué se ha hecho, dónde ha ido a parar el situado constitucional, por qué en la medida que pasa el tiempo hay más pobreza y el ambiente está en crisis en muchos municipios. Otros espacios que deben ser cuestionados, es el que corresponde a los Consejos Comunitarios de Desarrollo COCODES, los Consejos Municipales de Desarrollo COMUDES y los Consejos Departamentales de Desarrollo CODEDES. En ocasiones tras de estos actores se esconden intereses de politiqueros locales y de la región que desvían el objetivo del verdadero desarrollo de la comunidad. En aldeas y caseríos, cualquier ciudadano puede observar cómo están los indicadores que corresponden a salud, educación, justicia, seguridad e infraestructura. Hay que ver las obras de desarrollo en municipios de extrema pobreza donde son priorizadas aquellas obras que no resuelven las condiciones de pobreza en que vive la población.

El diagnóstico y la planificación del desarrollo debe partir de estas comunidades y las respuestas y presupuesto deben ser destinados por el Gobierno para que las soluciones respondan realmente a las necesidades que allí hay como la falta de atención a la salud, la baja cobertura y calidad de educación y el maltrato a la salud del medio ambiente y de la Madre Tierra. Todo responsable del desarrollo local debe conocer la realidad para su transformación.

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