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Una nueva “cepa” de Evaluación ante el Covid (o no) Parte I

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No cabe la duda que la pandemia ha cambiado prácticamente todo en nuestras sociedades, es un hecho real, tangible, pero si trato de particularizar dirigiendo específicamente a la Evaluación del estudiantado por parte de los docentes, el “sismo o terremoto” supera el valor de 7 en la escala Richter.

De caras presenciales o caras tras pantallas que oscilan desde 15.6 a 7 pulgadas, con la opción de ocultar pantalla y en el mejor de los casos ocultar micrófono; de la necesidad de sumar nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje ante (no necesariamente) la carencia de la disciplina que se requiere para recibir las clases. Les recuerdo que los celulares, su objetivo inicial fue el de comunicarse para conversar o dialogar inalámbricamente[1], dar o recibir clases por esta vía resultaba un sueño impensable. 

Antes de valorar posibles recomendaciones que conduzcan a reflexiones, debo abordar ciertas definiciones, como son: Evaluación de los aprendizajes y tipos de evaluación. 

La Evaluación de los aprendizajes, considerada como un proceso sistemático de reflexión sobre la propia práctica, deberá sustentarse en el análisis de las características y logros de los estudiantes, en la atención a los ritmos de aprendizaje y fundamentalmente en el objeto concreto de la evaluación misma: el aprendizaje construido por los estudiantes.  Evaluación que debe ser contextualizada, cualitativa, cuantitativa, democrática, permanente y formativa, creativa y constructiva. 

En cuanto a tipos de Evaluación, tenemos tres tipos: Diagnóstica, formativa y sumativa, donde profundizaré en las dos últimas.  

La formativa, persigue un fin educativo, y se orienta hacia la mejora permanente del estudiante, a través de pruebas sistemáticas, donde el docente debe proporcionar por escrito – vía remota, lo cual incorporamos – sugerencias y/o orientaciones necesarias para superar sus desaciertos, con miras a mejorar la calidad de sus aprendizajes. Función: detectar errores, confusiones, dificultades, etc.

Mientras que la Sumativa, siendo la más tradicional utilizada por los profesores (las cuales suelen aplicarse en las evaluaciones parciales y finales en las que el estudiante alcanza la calificación de aprobado o reprobado), la cual resulta en muchos casos meramente reproductiva del conocimiento, NO promoviendo el desarrollo de competencias establecidas en los estudiantes. 

Definiciones que me conducen en sopesar, la viabilidad de una sobre otra, dándole mayor importancia a la ponderación en el caso de la formativa y la reducción significativa o total de pruebas finales o parciales (o largas, por su duración, que pueden comprender una o dos horas clases) por pruebas cortas (10, 15 minutos) y sistemáticas, lo que implica mayor frecuencia de evaluaciones, entiéndase un proceso de evaluación continua.

Otras alternativas en cuanto a estrategias podrían ser: De realizar algún examen final, considerarlo como una actividad más y no final que determine la promoción o no del estudiante; en el caso de realizar pruebas finales en línea o en modo remoto, pudieran emplearse las siguientes variantes. 

  1. Ser enviadas por email o LMS en forma individual estableciendo un plazo de tiempo cerrado para su entrega, teniendo en cuenta que no se pueden usar las mismas preguntas para una prueba presencial que para una virtual, no puede ser puramente memorística, no pueden ser del tipo test, sino preguntas que requieran reflexionar.

Lo anterior acompañado por un sistema para resolver las dudas que surjan a los estudiantes durante la prueba, por ejemplo: Un foro de consulta o un chat. 

Otras “cepas” para la evaluación en línea serían: la sustitución del examen final por una videoconferencia profesor/alumno; recurrir a la autentificación basada en reconocimiento facial.

Detalles que, por problemas de espacio, analizaremos en la próxima edición, luego …continuaremos


[1] La compañía Motorola en la década de los 80, generó el primer modelo de teléfono celular comercial, el DynaTac 8000X. Este tenía un peso de 870 gr. Y un costo de $3,995.00 dólares americanos

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Ernesto González Valdés

Nació en la ciudad de La Habana, Cuba y es nacionalizado Nicaragüense tiene estudios superiores de Licenciatura en Pedagogía y posgrados en Química Orgánica y elaboración de materiales didácticos.

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