Ángel y Demonio: Dos energías opuestas

Desde la Ventana de Mi Alma

Siempre hemos escuchado decir: «Después de la tormenta llegará la calma» o » Todo es para un propósito mejor » y si somos más profundos, decimos: » Detrás de la obscuridad viene la Luz».

Y créanme que he comprobado que no hay efecto sin causa, nada de lo que pensamos, decimos o hacemos deja de tener sus consecuencias, las cuales tendrán los matices con los cuales hemos pintado esa acción tangible o intangible.

Nos han metido en la cabeza la presencia de un «demonio “que anda por ahí causando daño y sufrimiento, pero no es así.

¿Pero qué significa esto realmente?

Si entendemos que todo es energía podremos entenderlo mejor.

Dicho de forma sencilla, “ángel” es otra palabra para energía; y “demonio” es otra palabra para algo que bloquea la energía. ¡Y eso es todo!

Imagina el Mundo de las Respuestas, el mundo de la Luz. Es un lugar glorioso, pero ninguno de nosotros está allí. No, nosotros vivimos en el mundo físico, rodeados de una cortina o pared muy gruesa que nos bloquea la Luz. Literalmente, nos encontramos más o menos en la oscuridad. Y esto es algo malo, ya que:

• La Luz es felicidad, la oscuridad es tristeza.
• La Luz es certeza, la oscuridad es duda.
• La Luz es coraje, la oscuridad es miedo.
• La Luz es claridad, la oscuridad es confusión.
• La Luz es amor, la oscuridad es odio.
• La Luz es alegría, la oscuridad es cólera.
• La Luz es salud, la oscuridad es enfermedad.
• La Luz es inmortalidad, la oscuridad es muerte.

Ahora piensa en los ángeles como una ventana al Mundo de las Respuestas, una ventana que permite la entrada de la Luz en nuestra oscura realidad física. ¿Y qué es un demonio? Es simplemente una cortina que impide el paso de la Luz. Cuando esa cortina cubre la ventana, la Luz parece apagarse y nos quedamos en la penumbra.

La fuerza demoníaca, también conocida como el mal, no es simplemente la ausencia de Luz sino un vacío poderoso. Esta oscuridad es una fuerza que debe tenerse en cuenta. Es una polaridad, es lo opuesto a la fuerza de la Luz. Tiene su propia gravedad y te succiona como un agujero negro.

Pero esa fuerza demoníaca es una ausencia que creamos nosotros mismos cuando cerramos las cortinas. Con cada acto cruel, cada palabra intolerante, cada maldición o indulgencia, cubrimos las ventanas que dejan pasar la Luz a nuestras vidas. Con cada acto egocéntrico creamos un ángel negativo—un demonio, si así quieres llamarlo—y otra cortina que nos separa todavía más de la Luz. Cuanta más negatividad proyectamos al mundo, mayor es la cantidad de cortinas que colocamos delante de las ventanas de nuestra vida.

Por el contrario, cuanto más bien hagamos, más ventanas se abrirán y más Luz nos llegará.

Por supuesto, existen infinitos matices de gris entre los polos opuestos de luz y oscuridad. Por lo tanto, dependiendo de la cantidad de cortinas que hayas colgado en tu vida, de cuántas ventanas hayas abierto para dejar pasar la Luz, y de cuántos ángeles positivos y negativos te rodeen, será el estado de tu vida y de tu mente, de tu existencia y de tu ser. Estas son las condiciones que prevalecen en tu vida en cada momento.

Por lo tanto, pregúntate: ¿Cuántos demonios están bloqueando la Luz en mi vida? ¿Cuántas ventanas he abierto de par en par?

Fuente: sagrado libro El Zohar.

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